- Opinión - http://www.neofronteras.com/opinion -

Ocho planetas en nuestro sistema solar

Parece que por fin se ha alcanzado una resolución sobre el asunto Plutón y que pone, de momento, fin a la polémica que se venía arrastrando desde hace tiempo y que traía al que escribe bastante cansado. La degradación de Plutón como planeta es algo que se debía de haber hecho hace mucho tiempo y haber obviado las consideraciones históricas. Tanto por su órbita como por su tamaño Plutón no merece el estatus de planeta, y su inclusión como tal obligaría a incluir muchos otros cuerpos transneptunianos, que son incluso más grandes que él, como el popularmente conocido como Xena (sí, por la serie de televisión me temo).
No hay que rasgarse las vestiduras, la ciencia se autocorrige, y si fue un error incluir a Plutón como planeta del sistema solar ahora se soluciona con este acuerdo. Ya pasó con Ceres, que fue rebajado de categoría una vez se descubrieron más asteroides y se comprobó su escaso tamaño.
Menos mal que se abandonó la primera y poco restrictiva definición de “algo redondo que gira en torno al sol” so pena de aumentar el número de planetas sin cesar. Aunque esta era precisamente la razón esgrimida hace tiempo para aumentar la lista. Según algunos serviría para que los ciudadanos vieran que la astronomía evoluciona y descubre nuevas cosas. Mal consejero para la ciencia son los sentimentalismos e intereses.
El científico, que es un ser humano, no está libre de pecado; y ya que dinero nunca va a tener, busca reconocimiento, ser recordado como el descubridor de tal o cual cosa. A veces ese reconocimiento es importante simplemente para poder comer al mes siguiente. Hace poco recibí el email de una persona que se sentía poco “mencionada” en un artículo de la sección Portada ya que había hecho gran parte de las contribuciones al descubrimiento y a su colaborador se le “olvidó” mencionarla en la nota de prensa. Supongo que el ego de algunos ha sido un factor de peso a la hora de frenar el descuelgue de ciertos cuerpos como planetas.
Es verdad que la nueva definición de planeta es confusa, pero tampoco tiene por qué ser necesaria una definición “exacta y perfecta” de planeta porque quizás no es posible. Tal vez la mejor y más exacta definición de planeta que podemos alcanzar en nuestro sistema solar sería la siguiente:
Los planetas del sistema solar son Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
La nueva decisión aunque valiente se queda corta pues la creación del grupo de planetas enanos no deja de ser una concesión a aquellos que no quieren ver la palabra planeta lejos de Plutón. El uso del nombre de plutones no gustaba a los geólogos que ya lo usan desde hace tiempo, pero plutonianos, plutinos o planetoides son nombres que serían igualmente válidos y mejores.
Planetoide es además un término ya conocido a diferencia del academicista y largo planeta enano. Planetoide hubiera sido el nombre ideal a la hora de adoptarlo para la nueva categoría. Una sola palabra es siempre mejor que dos.
Quizás se solucione en el futuro y se adopte una nueva definición, porque a diferencia de las religiones en ciencia no hay dogmas, o por lo menos no los debe de haber. El debate siempre es sano.
Es curioso tanto rasgamiento de vestiduras por un cambio de denominación cuando vergonzosamente y durante un cuarto de siglo no se ha financiado ninguna misión para saber más de Plutón.
Plutón es sin duda un lugar interesante del que no conocemos casi nada. Es el representante más cercano del cinturón de Kuiper y en él probablemente se encuentran claves que ayuden a saber el origen y evolución del sistema solar exterior. Después de haber desperdiciado más de dos décadas, tiempo durante el cual Plutón se encontraba más cerca del sol que es cuando desarrolla una atmósfera por sublimación, por fin se ha enviado este año una misión tradicional a su encuentro. Los proyectos de sondas rápidas de propulsión iónica han quedado en papel mojado, así que tendremos que esperar hasta julio de 2015, cuando New Horizons pase a su lado, para saber algo más de este desconocido mundo. Después la sonda seguirá más allá, adentrándose en el cinturón de Kuiper.
Por cierto, planeta viene del griego πλανήτης “objeto errante”, porque desde la antigüedad se vio que eran los únicos objetos del firmamento con apariencia de estrella que se movían por el orbe a lo largo de las estaciones. Sumerios, egipcios o griegos ya los conocían, pero en aquella época sólo había seis de ellos. Algo hemos avanzado desde entonces. Espero.