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Invasión creacionista

Un grupo de individuos desembarca en España para difundir la doctrina pseudocientífica de base religiosa denominada Diseño Inteligente que sostiene que la evolución no existe.
Desde las páginas de NeoFronteras ya hemos hablado de las polémicas que estos señores han creado en EEUU por sus presiones para imponer la enseñanza de esta doctrina en las escuelas. Ahora pretenden exportar esta idea, que es equivalente a decir que la Tierra es plana, a otros países. Estos días quieren realizar una gira por diversas universidades e instituciones españolas (Colegio de Periodistas de Cataluña, Fira de Barcelona, Hotel Puerta Málaga, Seguros Mapfre, Facultad de Biología de la Universidad de León, Colegio de Médicos de León, Escuela Superior de Telecomunicaciones de la Universidad de Vigo, Caixanova). Nada se puede hacer para impedir que una empresa privada entre en el juego, pero que las universidades públicas, donde se supone que se deben de difundir los conocimientos científicos, den amparo a este tipo de gente es gravísimo y cuestiona su supuesto prestigio. Afortunadamente alguna de ellas como la Universidad de Vigo ya se ha retractado.
La evolución es un hecho. No creer en la evolución es como no creer en la gravedad. En cuanto a teorías evolutivas no todas describen el hecho evolutivo de la misma manera, al igual que hay diversas teorías físicas que describen la gravedad de manera distinta (gravedad newtoniana, Relatividad General, etc).
La evolución es un hecho demostrado para el que no cabe la menor duda científica ya que las pruebas acumuladas durante más de un siglo así lo demuestran.
En cuanto a teorías evolutivas (entendiendo teoría como conjunto de las leyes que sirven para relacionar determinado orden de fenómenos naturales), ninguna está confirmada al 100%, al igual que tampoco lo está cualquier otra teoría científica, precisamente por ser científica.
A los únicos entes que se les supone (si se es creyente) una veracidad del 100% es precisamente a los dogmas religiosos por estar basados en la fe. Éstos, además, son muchos, variados e incompatibles entre sí.
A la Iglesia le llevó varios siglos admitir que la Tierra giraba alrededor del Sol. La evolución, tal y como la entendemos ahora, se propuso por primera vez en el siglo XIX y quizás a algunas iglesias fundamentalistas radicales, que interpretan la biblia de manera literal, les cueste algunos siglos más hasta que asuman la evidencia.
Las religiones que hacen interpretaciones metafóricas de los textos sagrados no tienen ningún problema con el hecho evolutivo. No se entiende el fanatismo que hay detrás esta interpretación literal de la Biblia, que sólo es comparable con aquellos que, inspirados por Alá, van al cielo a disfrutar de no sé cuántas vírgenes gracias a unos cuantos kilos de explosivos.
Me permito reproducir el manifiesto redactado por la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico sobre este tema:

MANIFIESTO
Diseño inteligente: fe contra evidencia científica

Desde la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC) queremos hacer constar nuestra preocupación ante la exportación interesada del falso debate entre Evolución y «Diseño inteligente» a nuestro país.

Desde la publicación de El Origen de las especies de Charles Darwin (a finales de noviembre de 1859), la Teoría de la evolución de las especies por selección natural ha constituido la base de la biología moderna. Nuestra comprensión de la vida y de los fenómenos naturales está indisolublemente fundamentada en la denominada síntesis moderna, que complementa las ideas de Darwin y Wallace con los mecanismos hereditarios descubiertos posteriormente por Mendel y otros. Los avances científicos posteriores han establecido categóricamente que todos los organismos vivos, lejos de haber sido creados de manera simultánea, descienden de un antepasado común mediante modificación.

El conocimiento científico se basa en inferencias de la evidencia empírica y en la realización de ensayos que validan o descartan hipótesis falsables. Como toda teoría científica, el evolucionismo cambia según se van conociendo nuevos datos o éstos se analizan a la luz de nuevos descubrimientos. El hecho central de la teoría (la existencia de un antepasado comú a todos los seres vivos y la posterior generación de diversidad por selección natural) no sólo se ha mantenido invariable durante casi 150 años, sino que cada año que pasa las pruebas científicas lo refuerzan más, siendo un hecho científico probado fuera de toda duda razonable.

El camino recorrido para llegar hasta aquí ha sido largo, muy largo. Por centrarnos en hechos totalmente contrastados pongamos que hace unos 4.600 millones de años se formó un gran remolino de gas y polvo que dio lugar al Sistema Solar. Poco después se estrelló contra la Tierra un objeto del tamaño de Marte, que dio lugar a la Luna. Durante 500 millones de años la joven Tierra sufrió otros impactos cósmicos que a su vez generaron condiciones en las que se hizo posible el inicio de la vida, tal y como hoy la conocemos. Aunque parezca lo contrario, la Tierra sigue siendo hoy un planeta peligroso: se cree que el 99% de las especies que algún día existieron se han extinguido a causa de cambios climáticos, colisiones de asteroides, actividad sísmica y volcánica,deriva continental, etc. Un ejemplo famoso es la frontera KT (entre el periodo Cretácico y el Terciario, hace 65 millones de años), donde desapareció aproximadamente el 75% de las especies del registro fósil, incluyendo los célebres dinosaurios.

Los últimos 400 millones de años han sido igualmente agitados: la vida salió del medio acuoso para adaptarse a tierra firme, evolucionando en todas direcciones hacia organismos de mayor o menor complejidad. El resultado: el mundo maravilloso, frágil y complejo que habitamos hoy. Esta extraordinaria sucesión de hechos ha permitido que en las últimas décadas, seres inteligentes como nosotros hayamos reconstruido la historia natural de este proceso y lo hayamos sustentado en hipótesis falsables, según el método científico. En este punto, es importante resaltar que la Teoría de la evolución ni da la explicación al origen de la vida ni tiene por qué hacerlo, ya que para que haya evolución debe haber vida preexistente. Lo que sí hemos probado, en definitiva, es que la vida humana surgió así. Este hecho, de por sí, es un hallazgo de primera magnitud. Sabemos quiénes somos y de dónde venimos. A dónde vayamos, es otra historia.

Pero hemos recorrido un largo camino. Por eso resulta cuando menos frustrante que, a estas alturas, un grupúsculo de investigadores que intenta conciliarse con sus creencias haya abandonado el método científico para postular la denominada teoría del Diseño inteligente como una innovación teórica que ofrece una explicación más adecuada al origen de la diversidad de organismos vivos que la teoría de la evolución. En respuesta a estas afirmaciones, asociaciones científicas de prestigio como la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) y la Sociedad americana de Historia de la Ciencia (HSS) han denunciado la existencia de errores conceptuales significativos en su formulación, la ausencia de evidencias científicas creíbles y la utilización errónea de hechos probados científicamente, así como los recientes esfuerzos para eliminar la enseñanza de la evolución del currículo de la escuela secundaria, lo que impedirá a los estudiantes apreciar el proceso histórico de la ciencia como búsqueda intelectual y el entendimiento de su papel en la sociedad.

El llamado Diseño inteligente postula la existencia de una complejidad irreductible en determinados procesos biológicos, lo que a su juicio implicaría la necesidad de la existencia de un Diseñador (del que nada sabemos) ante la supuesta imposibilidad de explicar dichos sistemas complejos por mera selección natural. Para ello, ignora y malinterpreta gran parte de la evidencia existente, sin plantear hipótesis falsables ni presentar una explicación mecanística que sea más acorde con los hechos que la actualmente aceptada. De hecho, no puede ni siquiera calificarse de Teoría, en el sentido que esta palabra tiene en ciencia, pues no constituye un marco teórico acorde con evidencias experimentales y expuesto a la falsabilidad. El desarrollo de esta falsa teoría requiere en último término de explicaciones sobrenaturales, seres de inteligencia y voluntades inescrutables y, en definitiva, conduce a aceptar como ciencia hechos blindados, conceptualmente, al conocimiento científico.

Entre otros errores de bulto del Diseño inteligente, podemos destacar los siguientes:
(a) Llamada a la ignorancia. Aluden a datos que no están disponibles como si fueran pruebas. Es más, algunas de estas afirmaciones ya han sido refutadas aunque ignoren los datos correspondientes: caso del flagelo bacteriano y el sistema de secreción tipo III.
(b) La ausencia de ciertas evidencias es considerada como evidencia de que existe un diseñador. ¿Quién diseñó al diseñador? El Diseño inteligente no entra en ese tema, lo que es inaudito en una teoría científica. Si fuera una teoría científica buscaría evidencias de ese diseñador y se preguntaría sobre su origen. No lo hacen porque es una puerta trasera hacia la religión.
(c) Las lagunas que denuncian en la Teoría de la evolución no son tales. El corpus teórico darwinista (o neodarwinista, o sintético de la evolución), lejos de ser una colección de dogmas inamovibles es una aventura humana en pos del conocimiento que se va contínuamente refinando según se van acumulando nuevas pruebas. Esto, lejos de constituir una debilidad de la Teoría como pretenden convencernos desde el Instituto Discovery, está en el mismo fundamento del conocimiento científico y afecta a todos los hechos probados que normalmente asumimos como verídicos.

El Diseño inteligente, por tanto, no puede ni debe ser calificado de teoría científica sino que es un acto de fe, y como tal debe juzgarse. Es pues materia para clases de religión y teología, y no debe formar parte de los estudios de ciencias y menos como alternativa a la teoría de la evolución. La polémica generada recientemente en los Estados Unidos se explica fácilmente si se considera que la religión no se enseña en las escuelas públicas de ese país por el imperativo constitucional de neutralidad religiosa. Es más, en 1987 el Tribunal Supremo de los EE.UU. prohibió la enseñanza del creacionismo (creation science), una relectura pseudocientífica del Génesis inventada en los años 60. Desde entonces, los creacionistas han evolucionado su doctrina hasta el actual Diseño inteligente en un intento proselitista de expandir una determinada visión del cosmos mediante supuestas evidencias científicas. En ese sentido, la victoria del sentido común en la reciente sentencia del caso Kitzmiller contra Dover ha sido de gran importancia para que la enseñanza de la ciencia en EE.UU. y en el resto del mundo siga haciendo honor a lo que siempre ha sido: la versión de los hechos más ajustada a la realidad que hemos podido generar.

Desde la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC) queremos hacer constar nuestra preocupación ante la exportación interesada del falso debate entre Evolución y Diseño inteligente a nuestro país. En los últimos años, hemos tenido noticia de episodios de revisión creacionista del currículo educativo en países como Italia, Brasil y Serbia. Algunos artículos recientes en prensa en los que nuevamente se presenta el Diseño inteligente como teoría científica alternativa al darwinismo han hecho saltar nuestras luces de alarma. Lejos de querer restringir la libertad de expresión de cualquier tipo de ideas, incluyendo las no basadas en la evidencia, estamos a favor de llamar a las cosas por su nombre: mientras el Diseño inteligente no siga escrupulosamente las reglas del método científico, tampoco debe gozar de la respetabilidad asociada al conocimiento generado mediante el mismo.

El presente documento ha sido elaborado colectivamente por los socios de ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, a partir de un texto original de Ander Izeta.

Sólo añadir lo que dijo Clarence Darrow en el juicio de Dayton cuando expresó con claridad las raíces de la intolerancia: «… La ignorancia y el fanatismo no descansan, y necesitan de su alimento. Siempre están buscando y exigiendo más. Hoy son los maestros de la escuela pública, mañana lo serán los de la privada; al otro día los predicadores y conferenciantes, las revistas, los libros y los periódicos. En poco tiempo, Su señoría, esto será el enfrentamiento entre los hombres y entre los credos, hasta que con flameantes estandartes y rugir de tambores nos encontremos retrocediendo a los gloriosos tiempos del siglo XVI, cuando los intolerantes encendían antorchas para quemar a los hombres que osaban llevar la inteligencia, la ilustración y la cultura a la mente de todos. »

Enlaces de interés:
BitacorARP. [1]
Blog de Javier Armentia. [2]
Artículo en El Mundo. [3]
Sobre evolución en NeoFronteras. [4]
Creacionismo en NeoFronteras. [5]
Evolución humana reciente. [6]
Viñeta 1. [7]
Viñeta 2. [8]
Viñeta 3. [9]
Viñeta 4. [10]