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NeoFronteras

Invasión creacionista

jueves 10 enero 2008 - Tipo: Editorial

Un grupo de individuos desembarca en España para difundir la doctrina pseudocientífica de base religiosa denominada Diseño Inteligente que sostiene que la evolución no existe.
Desde las páginas de NeoFronteras ya hemos hablado de las polémicas que estos señores han creado en EEUU por sus presiones para imponer la enseñanza de esta doctrina en las escuelas. Ahora pretenden exportar esta idea, que es equivalente a decir que la Tierra es plana, a otros países. Estos días quieren realizar una gira por diversas universidades e instituciones españolas (Colegio de Periodistas de Cataluña, Fira de Barcelona, Hotel Puerta Málaga, Seguros Mapfre, Facultad de Biología de la Universidad de León, Colegio de Médicos de León, Escuela Superior de Telecomunicaciones de la Universidad de Vigo, Caixanova). Nada se puede hacer para impedir que una empresa privada entre en el juego, pero que las universidades públicas, donde se supone que se deben de difundir los conocimientos científicos, den amparo a este tipo de gente es gravísimo y cuestiona su supuesto prestigio. Afortunadamente alguna de ellas como la Universidad de Vigo ya se ha retractado.
La evolución es un hecho. No creer en la evolución es como no creer en la gravedad. En cuanto a teorías evolutivas no todas describen el hecho evolutivo de la misma manera, al igual que hay diversas teorías físicas que describen la gravedad de manera distinta (gravedad newtoniana, Relatividad General, etc).
La evolución es un hecho demostrado para el que no cabe la menor duda científica ya que las pruebas acumuladas durante más de un siglo así lo demuestran.
En cuanto a teorías evolutivas (entendiendo teoría como conjunto de las leyes que sirven para relacionar determinado orden de fenómenos naturales), ninguna está confirmada al 100%, al igual que tampoco lo está cualquier otra teoría científica, precisamente por ser científica.
A los únicos entes que se les supone (si se es creyente) una veracidad del 100% es precisamente a los dogmas religiosos por estar basados en la fe. Éstos, además, son muchos, variados e incompatibles entre sí.
A la Iglesia le llevó varios siglos admitir que la Tierra giraba alrededor del Sol. La evolución, tal y como la entendemos ahora, se propuso por primera vez en el siglo XIX y quizás a algunas iglesias fundamentalistas radicales, que interpretan la biblia de manera literal, les cueste algunos siglos más hasta que asuman la evidencia.
Las religiones que hacen interpretaciones metafóricas de los textos sagrados no tienen ningún problema con el hecho evolutivo. No se entiende el fanatismo que hay detrás esta interpretación literal de la Biblia, que sólo es comparable con aquellos que, inspirados por Alá, van al cielo a disfrutar de no sé cuántas vírgenes gracias a unos cuantos kilos de explosivos.
Me permito reproducir el manifiesto redactado por la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico sobre este tema:

MANIFIESTO
Diseño inteligente: fe contra evidencia científica

Desde la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC) queremos hacer constar nuestra preocupación ante la exportación interesada del falso debate entre Evolución y «Diseño inteligente» a nuestro país.

Desde la publicación de El Origen de las especies de Charles Darwin (a finales de noviembre de 1859), la Teoría de la evolución de las especies por selección natural ha constituido la base de la biología moderna. Nuestra comprensión de la vida y de los fenómenos naturales está indisolublemente fundamentada en la denominada síntesis moderna, que complementa las ideas de Darwin y Wallace con los mecanismos hereditarios descubiertos posteriormente por Mendel y otros. Los avances científicos posteriores han establecido categóricamente que todos los organismos vivos, lejos de haber sido creados de manera simultánea, descienden de un antepasado común mediante modificación.

El conocimiento científico se basa en inferencias de la evidencia empírica y en la realización de ensayos que validan o descartan hipótesis falsables. Como toda teoría científica, el evolucionismo cambia según se van conociendo nuevos datos o éstos se analizan a la luz de nuevos descubrimientos. El hecho central de la teoría (la existencia de un antepasado comú a todos los seres vivos y la posterior generación de diversidad por selección natural) no sólo se ha mantenido invariable durante casi 150 años, sino que cada año que pasa las pruebas científicas lo refuerzan más, siendo un hecho científico probado fuera de toda duda razonable.

El camino recorrido para llegar hasta aquí ha sido largo, muy largo. Por centrarnos en hechos totalmente contrastados pongamos que hace unos 4.600 millones de años se formó un gran remolino de gas y polvo que dio lugar al Sistema Solar. Poco después se estrelló contra la Tierra un objeto del tamaño de Marte, que dio lugar a la Luna. Durante 500 millones de años la joven Tierra sufrió otros impactos cósmicos que a su vez generaron condiciones en las que se hizo posible el inicio de la vida, tal y como hoy la conocemos. Aunque parezca lo contrario, la Tierra sigue siendo hoy un planeta peligroso: se cree que el 99% de las especies que algún día existieron se han extinguido a causa de cambios climáticos, colisiones de asteroides, actividad sísmica y volcánica,deriva continental, etc. Un ejemplo famoso es la frontera KT (entre el periodo Cretácico y el Terciario, hace 65 millones de años), donde desapareció aproximadamente el 75% de las especies del registro fósil, incluyendo los célebres dinosaurios.

Los últimos 400 millones de años han sido igualmente agitados: la vida salió del medio acuoso para adaptarse a tierra firme, evolucionando en todas direcciones hacia organismos de mayor o menor complejidad. El resultado: el mundo maravilloso, frágil y complejo que habitamos hoy. Esta extraordinaria sucesión de hechos ha permitido que en las últimas décadas, seres inteligentes como nosotros hayamos reconstruido la historia natural de este proceso y lo hayamos sustentado en hipótesis falsables, según el método científico. En este punto, es importante resaltar que la Teoría de la evolución ni da la explicación al origen de la vida ni tiene por qué hacerlo, ya que para que haya evolución debe haber vida preexistente. Lo que sí hemos probado, en definitiva, es que la vida humana surgió así. Este hecho, de por sí, es un hallazgo de primera magnitud. Sabemos quiénes somos y de dónde venimos. A dónde vayamos, es otra historia.

Pero hemos recorrido un largo camino. Por eso resulta cuando menos frustrante que, a estas alturas, un grupúsculo de investigadores que intenta conciliarse con sus creencias haya abandonado el método científico para postular la denominada teoría del Diseño inteligente como una innovación teórica que ofrece una explicación más adecuada al origen de la diversidad de organismos vivos que la teoría de la evolución. En respuesta a estas afirmaciones, asociaciones científicas de prestigio como la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) y la Sociedad americana de Historia de la Ciencia (HSS) han denunciado la existencia de errores conceptuales significativos en su formulación, la ausencia de evidencias científicas creíbles y la utilización errónea de hechos probados científicamente, así como los recientes esfuerzos para eliminar la enseñanza de la evolución del currículo de la escuela secundaria, lo que impedirá a los estudiantes apreciar el proceso histórico de la ciencia como búsqueda intelectual y el entendimiento de su papel en la sociedad.

El llamado Diseño inteligente postula la existencia de una complejidad irreductible en determinados procesos biológicos, lo que a su juicio implicaría la necesidad de la existencia de un Diseñador (del que nada sabemos) ante la supuesta imposibilidad de explicar dichos sistemas complejos por mera selección natural. Para ello, ignora y malinterpreta gran parte de la evidencia existente, sin plantear hipótesis falsables ni presentar una explicación mecanística que sea más acorde con los hechos que la actualmente aceptada. De hecho, no puede ni siquiera calificarse de Teoría, en el sentido que esta palabra tiene en ciencia, pues no constituye un marco teórico acorde con evidencias experimentales y expuesto a la falsabilidad. El desarrollo de esta falsa teoría requiere en último término de explicaciones sobrenaturales, seres de inteligencia y voluntades inescrutables y, en definitiva, conduce a aceptar como ciencia hechos blindados, conceptualmente, al conocimiento científico.

Entre otros errores de bulto del Diseño inteligente, podemos destacar los siguientes:
(a) Llamada a la ignorancia. Aluden a datos que no están disponibles como si fueran pruebas. Es más, algunas de estas afirmaciones ya han sido refutadas aunque ignoren los datos correspondientes: caso del flagelo bacteriano y el sistema de secreción tipo III.
(b) La ausencia de ciertas evidencias es considerada como evidencia de que existe un diseñador. ¿Quién diseñó al diseñador? El Diseño inteligente no entra en ese tema, lo que es inaudito en una teoría científica. Si fuera una teoría científica buscaría evidencias de ese diseñador y se preguntaría sobre su origen. No lo hacen porque es una puerta trasera hacia la religión.
(c) Las lagunas que denuncian en la Teoría de la evolución no son tales. El corpus teórico darwinista (o neodarwinista, o sintético de la evolución), lejos de ser una colección de dogmas inamovibles es una aventura humana en pos del conocimiento que se va contínuamente refinando según se van acumulando nuevas pruebas. Esto, lejos de constituir una debilidad de la Teoría como pretenden convencernos desde el Instituto Discovery, está en el mismo fundamento del conocimiento científico y afecta a todos los hechos probados que normalmente asumimos como verídicos.

El Diseño inteligente, por tanto, no puede ni debe ser calificado de teoría científica sino que es un acto de fe, y como tal debe juzgarse. Es pues materia para clases de religión y teología, y no debe formar parte de los estudios de ciencias y menos como alternativa a la teoría de la evolución. La polémica generada recientemente en los Estados Unidos se explica fácilmente si se considera que la religión no se enseña en las escuelas públicas de ese país por el imperativo constitucional de neutralidad religiosa. Es más, en 1987 el Tribunal Supremo de los EE.UU. prohibió la enseñanza del creacionismo (creation science), una relectura pseudocientífica del Génesis inventada en los años 60. Desde entonces, los creacionistas han evolucionado su doctrina hasta el actual Diseño inteligente en un intento proselitista de expandir una determinada visión del cosmos mediante supuestas evidencias científicas. En ese sentido, la victoria del sentido común en la reciente sentencia del caso Kitzmiller contra Dover ha sido de gran importancia para que la enseñanza de la ciencia en EE.UU. y en el resto del mundo siga haciendo honor a lo que siempre ha sido: la versión de los hechos más ajustada a la realidad que hemos podido generar.

Desde la Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico (ARP-SAPC) queremos hacer constar nuestra preocupación ante la exportación interesada del falso debate entre Evolución y Diseño inteligente a nuestro país. En los últimos años, hemos tenido noticia de episodios de revisión creacionista del currículo educativo en países como Italia, Brasil y Serbia. Algunos artículos recientes en prensa en los que nuevamente se presenta el Diseño inteligente como teoría científica alternativa al darwinismo han hecho saltar nuestras luces de alarma. Lejos de querer restringir la libertad de expresión de cualquier tipo de ideas, incluyendo las no basadas en la evidencia, estamos a favor de llamar a las cosas por su nombre: mientras el Diseño inteligente no siga escrupulosamente las reglas del método científico, tampoco debe gozar de la respetabilidad asociada al conocimiento generado mediante el mismo.

El presente documento ha sido elaborado colectivamente por los socios de ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, a partir de un texto original de Ander Izeta.

Sólo añadir lo que dijo Clarence Darrow en el juicio de Dayton cuando expresó con claridad las raíces de la intolerancia: «… La ignorancia y el fanatismo no descansan, y necesitan de su alimento. Siempre están buscando y exigiendo más. Hoy son los maestros de la escuela pública, mañana lo serán los de la privada; al otro día los predicadores y conferenciantes, las revistas, los libros y los periódicos. En poco tiempo, Su señoría, esto será el enfrentamiento entre los hombres y entre los credos, hasta que con flameantes estandartes y rugir de tambores nos encontremos retrocediendo a los gloriosos tiempos del siglo XVI, cuando los intolerantes encendían antorchas para quemar a los hombres que osaban llevar la inteligencia, la ilustración y la cultura a la mente de todos. »

Enlaces de interés:
BitacorARP.
Blog de Javier Armentia.
Artículo en El Mundo.
Sobre evolución en NeoFronteras.
Creacionismo en NeoFronteras.
Evolución humana reciente.
Viñeta 1.
Viñeta 2.
Viñeta 3.
Viñeta 4.

10-01-2008  »  NeoFronteras

Comentarios: 16

  1. Gerardo Sanchez
    11 enero 2008 @ 9:08 pm

    Con respecto a este tema, el mundo esta dividido en dos parte: evolucionistas y creacionistas. A nadie se le ocurre pensar en terceras opciones, o estas conmigo o estas en mi contra, o tengo razón o nada. Al fisico Stephen Hawking le preguntaron hace varios años en una entrevista si creía que con sus descubrimientos en Física el había demostrado que Dios no existe, a lo que el contesto (palabras mas, palabras menos) que no, que mientras más el descubría la belleza y perfección del universo, más pensaba que tenia que haber algún ser superior.
    Mi respuesta teoría sobre el origen de la vida es intermedia, Dios creo en el inicio el universo, le dio las leyes que debía seguir y le dio la energía inicial que necesitaba, y lo dejo correr solo, sabiendo que el tiempo finalmente daría lugar a seres vivos.
    Sencillo, ¿verdad? !Y todos felices!, existe un Dios que dio origen al Universo, y este a su vez dio origen los seres vivos por medio de la evolución, no sin Dios, sino programada con antelación por Él. La evolución necesitó a Dios desde el principio, ya que esta existe por decisión de Dios.
    Para mi la prueba de que Dios existe esta en la primera ley de la termodinámica, la cual dice que la energía no se crea ni se destruye, solo se transforma. Pero, y de donde salió la energía en el comienzo del Universo?

  2. Moderador
    12 enero 2008 @ 12:08 am

    En realidad la evolución es compatible con la existencia de Dios. Lo único que no hay que hacer es creer en la metáfora de los seis días literalmente. El Vaticano no tiene ningún problema con la evolución.
    Lo malo de esta gente creacionista es que creen que la Biblia es la verdad literal tal cual, y además lo pretender camuflar como conocimiento científico. Los conflictos surgen cuando se cree en un dios consistente en un señor mayor de raza blanca con barba que hace al hombre a su imagen y semejanza. Además estos fundamentalistas proyectan sobre él su ignorancia, miedo e irracionalidades.
    La ciencia no puede demostrar la inexistencia de Dios. Simplemente puede decir qué fenómenos naturales se explican sin necesidad de Dios y cómo. Lo único que apoya la idea de Dios es precisamente la fe, algo que un creyente debería de saber.
    La ciencia no puede contestar a ciertas preguntas porque caen fuera de su ámbito de estudio, por eso hay otros sistemas de conocimientos y también organizaciones basadas en la fe llamadas religiones.
    Las religiones son organizaciones bastante imperfectas y las antipatías que levantan tienen que ver más con los entes materiales que con los metafísicos.
    En cuanto a los creacionistas sólo deben de dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es Dios.

  3. Javier
    14 enero 2008 @ 1:04 am

    Sinceramente el Diseño inteligente me enferma, lo siento por sus partidarios que lean esto.
    En mi opinión esto va a surgir una y otra vez, cada vez con distintos rostros e intentando usar las mismas herramientas que usa la ciencia. Y cada vez lo hará mejor, baste comparar los creacionistas actuales con los de hace un siglo o dos.
    El problema es que nuestra especie está programada para buscar ordenes en donde sea. Y que los seres vivos, del más simple al más especializado, hallan sido creados por el azar no queda bien.
    Sin embargo considero que es así por algo bastante simple, sobre todo en las formas de vida más más simples, porque la selección natural elimina las mutaciones que no sirven dejando las que por casualidad si lo hacen.
    Si usamos los datos de un artículo «viejo» de esta página. Una bacteria podría tener hasta 6 mutaciones por gen por generación. Y si le sumamos que se dividen en cuestión, cuando mucho de horas… No soy bueno para las matemáticas pero creo que es un número bastante alto de intentos.

  4. Moderador
    25 enero 2008 @ 8:48 pm

    Un blog interesante en el que han analizado la charla que dieron en la fundación Mafre es este:

    http://rinzewind.org/archives/2008/01/23/lo-que-los-creacionistas-no-sabian/

    Sobre debates con este tipo de individuos este artículo también es interesante:

    http://csicop.org/si/2007-03/creationism.html

  5. Fernando Narayana
    26 enero 2008 @ 7:12 am

    El problema creado es consecuencia de una falta de visión más amplia que la que hasta ahora se ha tenido, y esta consiste en que si se admite la existencia de una inteligencia creadora, esa inteligencia es el Dios que nos propone tal o cual religión. La solución del conflicto consiste en algo que hasta ahora no se ha hecho y es separar la idea de una inteligencia creadora, que nos es desconocida, de la idea de Dios que proponen las religiones, porque una cosa es que haya una inteligencia diseñadora y otra muy diferente es el determinar cuales son las características mentales e intencionales de esa inteligencia o, quizá, conjunto de inteligencias.
    Si acepto que este ordenador desde el que escribo no es consecuencia de un proceso evolutivo realizado al azar sino que es la obra de una inteligencia creadora que ha querido y ha conseguido realizarlo tal como es, con muchísima mayor razón tendré que admitir que detrás de un ser vivo tiene que haber una voluntad e inteligencia creadora, aunque desconozca totalmente su naturaleza. El desconocimiento de la naturaleza del creador de algo no es un argumento válido para negar su existencia.
    Si estos argumentos tan elementales y racionales fueran de dominio público, no cabría la posibilidad de conflicto alguno, porque se trataría de dos cosas muy diferentes.

  6. Moderador
    26 enero 2008 @ 1:28 pm

    La ciencia no puede demostrar la inexistencia de Dios, pero puede demostrar que los organismos vivos son como son debido a un conjunto de leyes naturales que los hacen evolucionar. A alguien con formación en ciencia y sensato (aunque sea creyente) no le hace falta un diseñador, sea éste divino o no. El hecho evolutivo es un hecho, nos guste o no procedemos de animales «inferiores».
    Por otro lado ninguna teoría evolutiva seria mantiene que los seres vivos surgen por casualidad. Puede ser que no sepamos si dentro de un mes va a llover o no, pero eso no significa que si lo hace lo hace por casualidad. El tiempo meteorológico es determinista aunque sea impredecible. Algo parecido pasa con la evolución biológica que es histórica, es decir, es una cadena causa-efecto. Es un fenómeno basado en la causalidad en lugar de en la casualidad.
    La introducción por parte de estos individuos del diseñador inteligente no es precisamente para «solucionar» el conflicto, es para insistir en su idea de un Dios creador. No se puede esperar justo lo contrario por parte de gente fundamentalista religiosa.

  7. lluís
    26 enero 2008 @ 7:09 pm

    ¿Y para qué necesita una Inteligencia diseñadora, diseñar un Universo (o lo que sea el universo)? ¿Por el mero echo de experimentar? ¿Para diseñar un cielo y un infierno a donde mandar a los que no cumplen con sus caprichos o mandamientos? ¿Qué hacia esa inteligencia antes de dedicarse al diseño? ¿Se aburría?, ¿necesitaba juguetes para «romperlos»? Siempre me ha parecido más absurdo un mundo con Diseñador, que sin Él. Por muchas preguntas que haya todavía por responder desde el punto de vista científico me sigue pareciendo más explicable el mundo sin diseñadores que con un señor cuya meta final es la de mandar a unos al cielo y a otros al infierno, según cuentan.

  8. Fernando Narayana
    28 enero 2008 @ 5:21 pm

    Al moderador : He enviado una segunda contestación pero apareció una nota en la que decía :

    Error: Por favor, introduzca código antispam. Lamentamos las molestias ocasionadas.

    El código lo había introducido y la pantalla se quedó en blanco. Lo hice por segunda vez y me dijo en ingles que había enviado una repetición.

    Envieme una nota diciendo que debo hacer

  9. Moderador
    29 enero 2008 @ 9:51 pm

    El error se debe a una equivocación al introducir el código antispam. Por desgracia el sistema no es perfecto, pero es lo mejor que nos hemos encontrado para evitar la lluvia de spam. Lo peor es que a no ser que el navegador esté configurado para guardar lo escrito el texto se pierde.
    El problema de la repetición se soluciona cambiando un poco el texto. La razón es la misma: evitar miles de mensajes de spam.

    Lamentamos las molestias ocasionadas.

  10. Fernando Narayana
    30 enero 2008 @ 3:34 pm

    Al moderador : sigo sin poder entrar, me hace siempre la misma operación de decirme que no pongo bien las letras del código, cuatro simples letras. Tambien he hecho el cambio ese en el escrito copiando y pegando un amplio párrafo al principio con la indicación de que despues lo quitase, y no me deja. ¿Hay alguna limitación en el tamaño del escrito?

  11. Moderador
    30 enero 2008 @ 4:28 pm

    Ni idea. De hecho su comentario salió publicado como puede ver. Es más, ha salido directamente sin que haya sido autorizado, posiblemente porque como comentarista habitual tiene privilegios en el sistema.
    Lo único se me ocurre es que firme sólo con su nombre, sólo su apellido o use un nick para que así sea considerado otro usuario por el sistema. Quizás si ha usado el mismo nombre y diferente email sea sospechoso para el mismo.

    Suerte.

  12. Fernando Alonso
    31 enero 2008 @ 7:42 pm

    Al moderador : No me deja ni poniendo Sebastian Enrique y cambiando el e-mail. Ya hemos entrado en el tiempo que se preconizaba de que llegaríamos a ser esclavos de los ordenadores, aunque para mí, en base a la experiencia que tengo, la clave es algo diferente y no menos sorprendente. Le ruego me indique algun e-mail al que se lo pueda enviar y usted lo mete (si le dejan). Le aseguro que merece muchísimo la pena que aparezca.

    Bueno, pues no me ha dejado entrar con otro nombre y con otro buzon que tengo. No se les puede engañar. Habrá que contar la verdad… , no queda mas remedio.

  13. Moderador
    31 enero 2008 @ 10:26 pm

    La verdad es que no entiendo por qué el sistema le deja poner todos esos comentarios y no el que usted quiere, sobre todo si falla el código antispam. No entiendo por qué no falla cuando escribe los anteriores comentarios.
    Una vez hubo un problema con la palabra «comPUTAdora» porque lo resaltado en mayúsculas estaba en la lista negra. Quizás ocurre algo similar.

    Los emails de contacto son los siguientes:

    http://neofronteras.com/?page_id=20

  14. Fernando Narayana
    4 febrero 2008 @ 11:00 am

    El moderador me contesta diciendo que los organismos vivos son como son debido a un conjunto de leyes naturales que les hace evolucionar y que por tanto no hace falta diseñador de ningún tipo. Yo a esto contesto que ninguna ley puede existir sin laexistencia y voluntad previa de un legislador que haya creado esa ley y a ese legislador yo le llamo «Inteligencia Creadora Desconocida» y otros lo llaman Dios. De otra manera habría que aceptar que la materia tiene por si misma capacidades que no osaría tener el mas brujo de los brujos.

    Pero la cosa no puede quedar solamente en la creación de los seres vivos, sino que también se debe dar respuesta a quien ha creado la materia y al lugar en el que la materia se manifiesta. Ya sé que nada de esto se ha pasado por la imaginación de los profesionales de la ciencia, pero yo les digo que a esto también hay que darle, o buscarle, una explicación respecto de quien lo ha creado o, al menos, aceptar en principio que tiene que haber un creador de estos entes.

    Creo que se me entenderá mejor si expongo estos conceptos a través de la tecnología actual y concretamente de la informática. Si yo observo en la pantalla del ordenador la manifestación de algo, debo aceptar que ese algo, independientemente de sea muy simple o extraordinariamente complejo, es consecuencia de un programa informático que permite su manifestación. A ese programa informático otros, sin saberlo, lo llaman las leyes de la naturaleza. El que ha hecho esa ley que permite esa manifestación es el programador. A ese programador es a lo que se debería llamar dios o creador de este universo, el cual programador podría ser, a su vez, parte de otro programa y así indefinidamente. Como es aquí «abajo» puede ser «arriba». En la naturaleza todo es repetición a diferentes escalas pero con distinta apariencia, así es que esto entra dentro de lo posible.

    Y para que esa manifestación de ese algo se haga posible es necesario la existencia de la pantalla, la cual tiene unas características muy especiales porque esa manifestación no puede darse en cualquier tipo de superficie. Esa pantalla se puede extrapolar al éter cósmico en el cual la materia se manifiesta. (Meditad por un momento en lo que puede ser la realidad virtual de extraordinariamente alta definición de dentro de cincuenta años). Así, pues, vamos viendo que la existencia de una inteligencia diseñadora, y altamente capacitada, para que la voluntad de manifestación se haga realidad es cada vez mayor, a no ser que nos queramos engañar con creencias que nos liberen de esta percepción o pensamiento. Aprovecho para expresar mi pensamiento de que libres, de pensamiento, son aquellos que no temen llegar hasta el fin de sus pensamientos. Yo, afortunadamente para mi, aunque también me ha traído muchos contratiempos el serlo, soy intelectualmente libre o quiero serlo por encima de todo, que para el caso es lo mismo.

    Pero la cosa no queda aquí, ya que, como bien sabéis, para que se manifieste lo que hay en la pantalla se necesita todo lo que está dentro del ordenador, además del programa, y que se conoce como hardware. Todo esto ha necesitado no una inteligencia sino un inmenso conjunto de inteligencias creadoras. Creo que ningún científico aceptará que lo que aparece en la pantalla del ordenador se ha generado por si solo, y si no aceptan eso ¿por qué no aceptar que detrás de la materia, los seres vivos y el espacio cósmico, tiene que haber una inteligencia creadora aunque no sepamos absolutamente nada de ella? Ya dije que yo no se nada acerca de las inteligencias creadoras de este ordenador, pero que no por eso se puede negar su existencia.

    No se puede invocar el azar y la necesidad como hacía aquel premio Nobel, Jacques Monod, porque si hay necesidad es porque hay una voluntad o inteligencia que tiene esa necesidad. ¿La materia tiene voluntad? Tampoco se puede invocar el azar, porque lo que llamamos el azar no puede haber ordenado la materia de forma que con el tiempo, los millones de años que queráis, haya surgido este ordenador. Además, en términos absolutos no existe el azar ni en el juego de los dados, ni en la ruleta, ni siquiera en la generación de números aleatorios con un programa informático, como os podría demostrar. El día que los dados o la bola de la ruleta hagan lo que les de la gana, entonces creeré en el azar. Lo que llamamos azar, solo es azar para nuestra limitada percepción; solo es un nombre que ponemos a determinados hechos incomprensibles para nosotros en su sucesión, para distinguirlos de los hechos que si hemos llegado a comprender su sucesión.

    La «teoría intermedia» que expone Gerardo Sánchez me parece aceptable.

    A Lluis le diría que, en principio, no nos debe preocupar si lo que ha creado el diseñador es un absurdo, porque eso es otra historia si queremos llegar a una conclusión al respecto. Lo primero que debemos hacer es llegara la convicción de si existe un creador o no, y si se llega a una confirmación positiva, entonces viene el momento de preguntarse por sus motivaciones. Y aquí si que hay que echar buenas dosis de esa libertad de laque hablo, porque podemos llegar a la terrible y anonadante conclusión deque esto de la vida y el universo no es mas que un juego de la inteligencia creadora, y que lo realiza por algún motivo útil para ella, pero que para los creados aquí en la Tierra no tiene el mas mínimo sentido, y que al creador le importa un bledo los sentimientos o desconcierto de los creados, al ignorar estos que hacen aquí, y que solo le importan como peones necesarios de su juego o experiencia; algo así como los «marcianitos» de esos juegos de los programadores de aquí. Esto que digo cobra mayor realismo si os expongo una frase del premio Nobel Severo Ochoa que dice así: «Me he dedicado a investigar la vida y no se porqué ni para que existe». Y yo os pregunto: ¿habrá que preguntar por esto a esa materia que dicen que evoluciona y que termina trayendo la vida?

    Creo que hay que tener mucho sentido de la libertad si se quiere caminar por este sendero, por lo que pocos podrán hacerlo. Que yo sepa, hasta ahora camino solo pero no me quejo. Es mi destino, es parte del programa personal que se me ha dado en el reparto de papeles de este juego al que llamamos la vida. Por cierto que cada uno tiene su programa personal, aunque sea difícil de entenderlo para cada uno en su totalidad.

    A los creacionistas lo que habría que preguntarles es si este mundo lo ha hecho su dios, si el ha sido el que ha sentado las bases para su desarrollo, y si lo ha hecho habría que sentarle en el banquillo y pedirle cuentas. Lo desconcertante es que si a los creados les dieran la oportunidad de crear un mundo, la mayoría no lo haría tan vil y canallesco como este, y eso que no son infinitamente buenos como dicen que es ese otro… Por otra parte, también podría haber ocurrido que el plan o programa original hubiera sufrido una perturbación en el transcurso de su desarrollo y este trastorno lo haya desequilibrado en cuanto a su funcionamiento y sus objetivos iniciales. Podría ser.

    Esto también es ciencia, porque ciencia es la búsqueda de la verdad de los fenómenos de la naturaleza. Por eso en otro tiempo se la llamaba «Filosofía de la Naturaleza». Otra cosa muy diferente es la tecnología avanzada, que frecuentemente se la confunde con la ciencia.

    Yo estoy escribiendo acerca de una ciencia de la Totalidad, en la que ciencia y religión tienen que decir lo mismo en última instancia, porque la verdad solo puede ser una, aunque los lenguajes de expresión sean muy diferentes y por ello con frecuencia conflictivos.

    También quisiera expresar que hace mas de veinte años llegué a la conclusión de que la naturaleza de la realidad de nuestro universo es totalmente de naturaleza informática. Durante este tiempo he hecho un gran acopio de información, tanto del mundo físico como psíquico, que corrobora esta predicción y, además, da explicación a los fenómenos hasta ahora totalmente inexplicables. Todo son vibraciones, todo son ondas, todo es la manifestación de un programa, el cual se realimenta así mismo en lo referente al psiquismo de los seres vivos. Materia, energía, tiempo y espacio son partes de una misma cosa que es el programa, y el programa es mental. Todo es mental. Al programa es a lo que la humanidad está llamando dios, y como el programa, la ley de la naturaleza o el plan de la creación, es algo puramente mecánico, el concepto sentimental de dios no ha hecho más que traer conflictos a la humanidad. Después de llegar personalmente a estos conceptos, sorprendentemente he visto, y comprendido, que en la antigua Roma, Plotino, que recogía conocimientos de los griegos, escribió conceptos acerca de dios que tienen un gran parecido a este dios-programa del que hablo.

    Estoy, pues, a años luz, tanto de los evolucionistas como de los creacionistas fundamentados exclusivamente en la religión.

    Por último reitero lo de la anterior comunicación: es necesario separar la idea de un creador de este universo de la idea del dios de una religión. De otro modo el conflicto será eterno, porque los creacionistas se amparan en algo que es totalmente necesario, y es que lo inteligente tiene que proceder de la inteligencia, y esa inteligencia se la adjudican ellos a su dios a falta de otra explicación.

  15. anibal Claisse
    25 febrero 2008 @ 9:08 pm

    Jacques Monod, premio Nobel de Medicina, ha escrito un libro admirable sobre la cuestión, titulado en la traducción española «El azar y la necesidad». Recomiendo calurosamente su lectura.

  16. Fernando Alonso
    3 mayo 2008 @ 11:38 pm

    Si por azar se encuentra con Jacques Monod, le dice de mi parte que el azar es un acontecimiento del cual está excluida la intención, y que en los seres vivos la necesidad es generadora de intención, por lo cual no podemos aliar el azar y la intención. Me refiero, claro está, al azar en términos absolutos o científicos, el cual es muy diferente del azar aparente, usado en nuestras conversaciones, el cual debe su existencia a nuestra imposibilidad de conocer personalmente todos los factores que intervienen en un determinado acontecimiento.